Otra vez pasó el tiempo. Se me cierran los ojos, del mismo cansancio, y pereciera que fuera solo un momento. Me despierto sobresaltado con esa impresión de que se va a caer uno hacia adelante. Trato de leer algo para mantener la mente despierta, pero se me cierran lentamente los ojos. Entonces comienzo a doblar sobres de saquitos de te, para manterner la mente y las manos despiertas, pero los doblo mal.
Trato de evitar la cama, no quiero dormirme aun, tengo que aguantar. Todavía no recibo una respuesta.

Bostezo y abro la boca tan grande como deborar el mundo.
El silencio reina en toda la casa, creo haber escuchado ruidos
en la calle, el motor de algún vehículo a lo lejos.
Luego me doy cuenta de que he ignorado el rugir del motor del ventilador que me refresca. Los zumbidos me adormecen, el motor del ventilador, el aire que pasa por mis orejas, asi tambien como el de las estufas, los secadores de pelo y su aire caliente en noches frías de invierno.
Los ojos se me cerraron nuevamente, pero me despierta otro ruido sorpresivo, como queriendome asustar, se van derritiendo dos cubos de hielo en una vaso donde hasta hacia unos minutos hubo soda. Y yo aun sin una respuesta.
Entre sueños puedo pensar, la había visto esta tarde, charlamos, nos reímos. Aun así, tenia que esperar esa respuesta, sabía que sin ella sería difícil conciliar el sueño.
Otro ruido en la calle, el portazo de un auto y luego escucho que arranca alejándose. ¿Quién habrá llegado? Son casi las dos de la madrugada, camino lentamente hacia la puerta de calle tratando de no hacer tanto ruido para poder escuchar bien. Pero me vuelvo a mitad de camino, vuelvo a mi habitación.
Otra vez el tiempo pasó. Sin darme cuenta. Ya casi resignado, dispuesto a irme a la cama. Cuando en eso, recibo esa respuesta:
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